CÓMO DIFERENCIAR ALGUNOS TRANSTORNOS DEL HABLA.

por Yolanda Moreno Fito.   1 de Febrero 2019

En ocasiones las anomalías al hablar y expresarse no surgen en los más pequeños hasta que éstos empiezan a hablar de una forma más prolongada y coherente, algo que sucede en sus primeros años de vida pero, ¿cómo saber qué trastorno del habla concreto tienen y cómo se puede solucionar? Te ayudamos a diferenciarlos y a tratarlos.

Aunque no existen cifras oficiales que hagan referencia al número de niños en España con algún tipo de alteración en el habla y la comunicación, según diferentes estudios alrededor del 14% de los pequeños en edad escolar sufren algún trastorno en diferente grado relacionado con esta patología, por lo que siempre es recomendable realizar un temprano diagnóstico de cara a encontrar el mejor tratamiento para solucionarlo.

Existen diferentes trastornos del habla que es preciso conocer para saber diferenciarlos. Éstos afectan a la fluidez verbal y a la articulación de sonidos, o lo que es lo mismo a la pronunciación. Aunque esto puede resultar normal y sin ningún problema para niños de tres hasta cinco años, el seguir cumpliendo años y no tratar estos trastornos puede acarrear en los jóvenes problemas de comunicación e incluso complejos que pueden llegar a evitarse.

Por un lado encontramos el trastorno del habla más común, conocido como tartamudez y clínicamente como disfemia, éste afecta a la fluidez verbal y se distingue por la discontinuidad en el habla. El pequeño se “engancha” al hablar o continuar una conversación normal, un problema que puede pasar desapercibido o provocar serias dificultades en su articulación.

También está la taquifemia, donde el niño aumenta la velocidad del habla y por lo tanto comete graves errores. En ocasiones puede confundirse con que el pequeño es un niño nervioso, con ganas de hablar y expresarse, pero en realidad se trata de un trastorno del habla que es preciso tratar.

En la dislalia también aparecen fallos, en este caso son en la articulación de sonidos que no resultan normales para la etapa de desarrollo. Es el trastorno del lenguaje más común en los niños y por ende el más fácil de identificar. Suele presentarse entre los tres y los cinco años, con alteraciones en la articulación de los fonemas.

Todos estos trastornos del habla y del lenguaje pueden contribuir a que los niños no tengan un desarrollo lingüístico normal. Aunque no siempre es fácil determinar las causas, suele achacarse a razones hereditarias y físicas o motivados por la influencia psicosocial. Sin embargo no hay que descartar ir más allá, pudiendo ocultarse tras ellos problemas auditivos o físicos por lo que un diagnóstico profesional es siempre necesario en estos casos.

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